lunes, junio 11, 2012

a propósito de Velasco...


La ilusión de los independientes en el sistema político Chileno actual.

Esta semana hemos visto al Pre candidato Presidencial Independiente, Andrés Velasco, quien ha hecho presente su molestia, temor o miedo sobre el proyecto de ley para la implementación de Primarias que lidera el gobierno, que dejaría al arbitrio de un partido político la participación de los independientes en procesos futuros de Primarias Presidenciales, Parlamentarias y Municipales.

Pero ¿por qué habría de poner atención un ciudadano que se considera “independiente” sobre un proyecto de ley que establecerá nuevas reglas del juego al sistema de partidos político, si, al fin y al cabo es totalmente independiente?

La democracia es un sistema político participativo, donde un importante principio es la participación, que se expresa en la máxima “poder elegir y poder ser elegido”, no obstante la evidencia empírica nos informa que esto no es tan así, ya que son los partidos políticos quienes deciden en última instancia quiénes y dónde compiten. Quien diga lo contrario miente.

Hasta el más conspicuo y valiente candidato, independiente o no, sabe que esto es así, y debe siempre generar los puentes y nexos suficientes con algún sector político para poder tener una base necesaria que sustente tanto su candidatura, su campaña y su desempeño en el cargo que pueda llegar a ostentar.
Habrá una que otra candidatura que se escape a esta regla, mas, todos los caminos llegan a Roma y tarde o temprano el escenario partidario se debe enfrentar, por lo demás, la excepción confirma la regla.

El sistema binominal es una herramienta, ni buena ni mala, es lo que es y lo que tenemos en la actualidad, pero ¿es lo que necesitamos hoy? O sólo es un sistema que ya no es capaz de entregar paz o buena convivencia política al interior de las alianzas y conglomerados electorales y políticos que existen hoy en Chile.

Lo cierto es que para una buena parte de chilenos este sistema les es útil y lo intentarán proteger, pero incluso, a mi juicio, este debate es inoficioso, pues aunque el sistema se modificase por uno más proporcional, nos daríamos cuenta que, los candidatos siguen siendo los mismos, que los líderes políticos siguen siendo los mismos y que los intereses ciudadanos se encuentra aún sin ser representados en el sistema político sea cual sea, así también habrán uno que otro “independiente” que quiera participar abrigado por uno que otro partido que no tenga candidatos suficientes.

Diremos algo que parece obvio, pero que a veces pasamos por alto: los sistemas políticos se sustentan en Partidos Políticos, los cuales son organizaciones intermedias de la sociedad que aglutinan diversas manifestaciones, pensamientos, ideologías e intereses para con respecto a la forma del Estado y de cómo Gobernar, así, no existe modelo democrático sin partidos políticos.

Entonces nos preguntaremos: ¿existen países en extremo avanzados y desarrollados que hayan logrado que sus Partidos Políticos logren representar los intereses reales de la gran mayoría de sus ciudadanos?, o sólo este problema se debe a nuestro sub desarrollo intelectual y necesitado de paternalismos autoritarios.

Quizás el remedio para nuestro sistema político representativo se deba orientar en los propios partidos políticos, los cuales son reflejo de una ley que impide democracia interna, que fomenta el engaño y distorsiones de los padrones electorales de cada colectividad, se encuentran exentas de regulación y real fiscalización estatal, que ha generado cuotas de poder y cuyo resultado, termina siendo la falta real de representación de los intereses ciudadanos.

Qué tipo de Estado queremos y cómo queremos Gobernarlo, son preguntas que nunca se podrán responder con una única solución, para esto están los partidos políticos, que agrupan los intereses individuales que deberán concordar cívicamente sus diferencias, pero si en su conjunto o sistema no poseen una buena regulación que obligue procesos democráticos en sus decisiones, transparencia y rigurosidad de sus procesos internos (que incluya financiamiento) y fiscalización real por parte de organismos del Estado, seguiremos teniendo problemas de representación de largo alcance.

Si hubiese un buen sistema político, los independientes no tendrían que mendigar apoyo de los partidos políticos y sus candidaturas serían “independientes” o bien, serían la expresión de otro Partido Político, pues en lo práctico, las candidaturas independientes inscritas por los partidos políticos, vienen a hacer leña de un árbol caído, ya que se insertan e incorporan en el sistema político aludiendo su desdén sobre los partidos y evangelizando sobre su independencia partidaria, cuando, como hemos dicho, de una u otra manera han tenido que pasar por algún filtro partidario, pues, todos los caminos llevan a Roma.

1 comentario:

Unknown dijo...

publicada por el Mostrador el 11.06