martes, junio 12, 2012

Quebrar huesos


Claudio, el Precandidato Cojo

La primera vez que escuché a Claudio Orrego, fue a finales de los 90, cuando se encontraba dirigiendo la Comisión Presidencial para la Modernización de la Gestión Pública, tema avanzado para nuestro país, no sólo por su incipiente incorporación en la agenda pública, si no por la real necesidad de mirar y corregir la práctica del Poder Ejecutivo, en cuánto al cómo se hacen las cosas, demostrando, entre otras cosas, un uso eficiente y ordenado de los recursos públicos para la Inversión, disminuyendo los gastos operacionales y permitiendo sacar buenas notas ante los ojos internacionales que aprobaban más empréstitos y posibilitaban la incorporación de Chile a los TDLC que impulsaba el gobierno de Frei Hijo.

Iniciado el nuevo milenio, el Sr. Orrego fue nombrado Bi Ministro y de manera directa pudo liderar, ya no en el laboratorio, una agenda moderna en dos ministerios, uno muy social (Vivienda y Urbanismo) y otro con un cariz más bien técnico (Bienes Nacionales), pero finalmente, su corta estadía parece indicar que tanta eficiencia aprendida en Harvard no pudo contra la calle, faltando manejo político y la constatación que la buena gestión no es sinónimo de buena gestión política.

La semana pasada, he vuelto a escuchar a Claudio Orrego, sentado a medio metro de él en la Fundación Chile21, pude ver su maduración política, un Alcalde que puede exhibir grandes logros de gestión (lo que no pudo hacer como Ministro), y que es capaz de expresar su dolor o vergüenza por su fugaz travesía Ministerial, ha perfeccionado su locuacidad y labia, dejando entusiasmados al auditorio quienes al expresar “te creo” antes de cada intervención, muestran el alto nivel de credibilidad que concita su persona y discurso.

Hubo un comentario muy asertivo que fue tratado vagamente, “habrá que quebrar huesos dentro de la coalición política de oposición, para poder llevar a cabo todas y cada una de las propuestas”, le señaló el mediático ex ministro Vidal.

Claudio Orrego quiere Primarias, quiere competir legítimamente por la primera magistratura, pero por el momento, en lo práctico y real, existe un acuerdo firmado entre la DC y el PS que expresa llevarán un candidato único a la Presidencia y que fue firmado por el PS a propuesta de la DC, para fortalecer el entendimiento y la unión entre un amplio sector del centro y un amplio sector de la izquierda, como respuesta política al acuerdo electoral PC – PPD - PRSD.

Este acuerdo es leído aún por un sector del PS como un abandono práctico de las pretensiones presidenciales de la DC en favor de la Ex Presidenta Bachetet y desecharlo implicaría entonces, la aceptación pública de un error mayúsculo en la conducción política de Walker (DC) y Andrade (PS) en sus respectivas tiendas, asunto con una poca probabilidad de ocurrencia, salvo que alguien pague el costo de este mal negocio, algún chivo expiatorio que permita compensar la falta de prudencia y la carencia de liderazgo político efectivo en el cumplimiento de los compromisos.

Lamentablemente para Claudio Orrego, su carrera presidencial, por ahora parece estar llegando a su fin en esta vuelta, dado que una vez más, las fuerzas políticas (más dentro de su propio sector) se encuentran pensando en una fórmula de triunfo que no considera su propuesta, y al igual que en su breve paso como Ministro de Estado, estaría siendo desplazado por una falta de gestión política.

A fines del mes de marzo, Claudio Orrego esbozó un breve comentario en un canal de noticias, sin mayor convicción, sobre el hecho de que dentro de su propio comando presidencial, el eterno edil de Macul y coordinador programático para el tema municipal de su campaña evitara, por secretaría, participar de las Primarias Municipales de Oposición para competir por el sillón alcaldicio para un sexto período, en contra de todo pronóstico y conducta democrática.

Hoy, el Alcalde de Peñalolén, promueve su legítima aspiración a competir en una Primaria, pero cuando se vio en la encrucijada de ejercer un liderazgo claro en el seno de su familia política no lo hizo por convicción, entonces volveremos a la pregunta que le hiciera el ex ministro en el encuentro de Chile21 sobre si estará dispuesto a “quebrar huesos” dentro de la coalición para materializar su probable programa de gobierno y la respuesta en los hechos es clara: NO.

El nombre Claudio es antiguo y de raíz latina, significa Cojo.

Creo que la historia demuestra que Claudio Orrego fue cojo antes y es cojo hoy, sobre todo cojea en los momentos de hacer prevalecer sus convicciones políticas, o quizás su cojera se deba precisamente a que su conducta es esa, permisiva ante los amigos, lo que lo deja en un contexto de poca solidez política y ambigüedad de acción.

Claramente, el Alcalde de Peñalolén ha sido capaz de entregar una correcta y ordenada administración municipal, una de las pocas que no posee amagos de corrupción ni huele mal, los habitantes de Peñalolén se lo agradecen, pero gobernar un país completo, requiere más que un discurso y opinión, requiere decisión, convicción y coherencia sobre aquellos asuntos y principios por los que desea que la ciudadanía se incline.

Por ahora, solo diremos que aún es tiempo para que Claudio, el Cojo, pueda reordenar sus convicciones y trabajar por ellas, pues si no es capaz de romper huesos, lo más probable es que siga sin poder concretar cabalmente sus legítimas aspiraciones y su cojera seguirá siendo evidente frente a la clase política hegemónica y la sociedad en su conjunto.

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